PALABRAS DE DESPEDIDA A UN AÑO ACIAGO.

Escrito en la mañana del jueves 31 de diciembre del Año de la Pandemia

Uno quizás quisiera olvidar el 2020. Borrarlo. Negar que ocurrió. Uno quisiera descubrir que al nacer el 2021 despertamos y nos damos cuenta de que todo fue una pesadilla que duró 365 noches de 24 horas y al abrir los ojos a la luz vemos una brillante mañana de esperanza. Pero eso sería negar la realidad. Y la realidad es una verdad de la cual no podemos escapar.

Fue nefasto el 2020. Nos trajo pandemia, que es decir muerte y enfermedad y devastación económica. Y hubo horripilantes incendios y monstruosos huracanes y pavorosas tormentas políticas que desataron el fuego infernal y los vientos arrasadores de la pasión desenfrenada. Pero el 2020 también nos regaló motivos de fe. Somos más los quedamos en pie que los que ya no están aquí. Tenemos el deber sagrado de honrar eternamente a los que se marcharon. Dolerá siempre su ausencia. Pero tenemos la obligación de agradecer cada momento de nuestra existencia. Ya se va el 2020. Pero no se lleva la memoria de lo ocurrido. Y es bueno que sea así. Cuando no olvidamos, somos más fuertes para enfrentar lo que viene por delante, lo malo y lo bueno. De eso se trata la vida. De enfrentar con fortaleza de espíritu la realidad con sus penumbras y luces. Se va el 2020. Yo lo despido con un brindis de recuerdo por los que se fueron, conocidos y extraños. Brindo por lo bueno que pasó, que jamás será borrado por todo lo malo que sucedió. Brindo por lo bueno que habrá de ocurrir, sabiendo también que no todo lo que nos espera será bueno. Y les ruego que me perdonen tanta sensiblería. Siempre me invade lo cursi a fin de año. Pero sobre todo este fin de 2020, a quien quiero decirle palabras que me nacen de otro lado de mi ser. A veces caigo en lo vulgar, que tiene cierto parentesco con la cursiliería. Quiero decirte, 2020, que te vayas al carajo.

Para ver mi canal de you tube haga "click" en la imagen