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EN MIAMI BEACH HAY TIBURONES, PERO NO ESTAN EN EL MAR.

Escrito en la tarde del martes 20 de abril del 2020, Año de la Pandemia

Hablé en el programa de radio que comparto junto a la periodista María Fernanda Silva con Michael Góngora, miembro de la Comisión de Miami Beach. Le pregunté sobre como ve la recuperación económica de ´´La Playa,´´ que es como le decimos en SoFlo a esa ciudad. Me respondió que va a ser difícil. Me dijo que él piensa que una vez que se supere la crisis sanitaria, pasará un buen tiempo antes de que el turismo internacional vuelva a ser lo que fue hasta hace solo unas semanas para Miami Beach.

La pandemia ha sido brutal para Miami Beach. Los hoteles, restaurantes y centros nocturnos están vacíos. El desempleo es alarmante. Y, como señala el comisionado Góngora, no es muy probable que una vez que declaremos victoria sobre el Covid-19, van a comenzar a llegar los aviones al Aeropuerto Internacional de Miami repletos de turistas que de inmediatamente se montarán en taxis y vehículos de Uber para dirigirse a ´´La Playa´´ a darse un chapuzón en las aguas de South Beach, beber mojitos en Ocean Drive y sacarse selfies para colocar en Instagram. No, señor. Eso va a ocurrir de nuevo, pero el turismo internacional es un renglón que va a demorar en recuperarse.

El comisionado Góngora me dijo que él cree que, mientras tanto, Miami Beach debe hacer algo que desde hace tiempo no es prioridad ni para el gobierno municipal ni para la comunidad empresarial de esa ciudad: Promover el turismo local. O sea, convencer a quienes residimos en el sur de Florida que visitemos Miami Beach. A mi me parece buena la idea. Me entusiasma la posibilidad de regresar a Miami Beach.

Les cuento que yo vivo a unas pocas millas de Miami Beach, pero que no pongo un pie allí desde hace al menos tres años. Ha sido como que Miami Beach está del otro lado del mundo. Y miren que le tengo cariño a ´´La Playa.´´ Conozco a Miami Beach desde que era un niño y vivía en Cuba. Viajé allí varias veces con mis padres, mis tíos y mis abuelos. Luego, cuando pasé de ser un niño cubano que vivía en La Habana a ser un niño cubano desterrado que vivía en Miami, iba con mucha frecuencia a Miami Beach con mi familia y mis amigos. Y más tarde aún en mi vida, cuando era un adolescente y un joven cubano desterrado, o mejor dicho, un cubano americano que vivía en Nueva Inglaterra, no había un solo año que no hiciera el largo viaje de 20 horas por carretera hasta llegar a Miami Beach. Me hospedé varias veces en el Hotel Clevelander, que era muy barato entonces. Al igual que todos los hoteles de la Zona Art Decco en aquellos tiempos el Clevelander tenía una clientela de clase media, no era aún uno de esos sitios exclusivos del Jet Set.

!Y que tiempos aquellos! Una de las razones por las cuales yo venía al sur de Florida todos los años era por la música y la comida cubana. La zona metropolitana de Miami estaba llena de centros nocturnos para escuchar música y bailar y de excelentes restaurantes cubanos.

Los centros nocturnos se los llevó el viento. Por alguna razón, en una zona metropolitana donde abundan los excelentes músicos, ya es casi imposible escuchar música en vivo acá. Y muchos de los restaurantes de aquella época también desaparecieron. Uno los pocos que ha sobrevivido todos estos años es el Puerto Sagua, allí mismo en La Playa. Yo iba mucho al Puerto Sagua en aquellas visitas turísticas de mi juventud, pero también cruzaba mucho la bahía y me iba a comer en los palacios del paladar que había en Miami, sobre todo en la Calle Flagler y en la Calle Ocho. Yo pienso que en general ha habido un deterioro de la comida cubana en los restaurantes de la zona metropolitana de Miami, pero eso es otro tema.

Sea como fuere, me han dado ganas de regresar a Miami Beach para ver el mar y para pasear por Ocean Drive y por la Avenida Collins. Y en cuanto sea posible, quiero ir de nuevo al Puerto Sagua a comerme unas croquetas, y unas masas de puerco fritas, con arroz blanco y frijoles negros, y tostones y un flan. Juro que lo haré. Y ojalá haya mucho bullicio en el Puerto Sagua, mucha gente hablando a gritos, mucho ruido de platos y cubiertos. Así recuerdo al Puerto Sagua y así quiero verlo de nuevo.

Pero comparto con ustedes algo que le dije al comisionado Góngora en el programa de radio. Para fomentar el turismo local, tienen que hacer al menos dos cosas muy importantes en Miami Beach. Primero, hay que abaratar el costo del estacionamiento. Y segundo, tienen que poner freno al abuso de las compañías de grúas que remolcan los vehículos supuestamente mal estacionados. Yo dejé de hacer el corto viaje a Miami Beach precisamente por el alto costo de estacionar un carro. Por otra parte, a mi nunca me han remolcado el carro. Pero tengo muchos amigos que sufrieron esa humillación en Miami Beach. Me han contado de la fortuna tuvieron que pagar para rescatar sus vehículos y que los empleados de las compañías de grúas eran unos ogros que les exigieron dinero al contado. Me cuentan que fue como pagar rescate por un familiar secuestrado. Todo eso tiene que cambiar. #miamibeach #puertosagua


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