EL SILENCIO DEL PAPA DA ALIENTO A DANIEL ORTEGA.
Viernes 5 de agosto-22
El dictador Daniel Ortega acaba de cerrar siete emisoras radiales de la Iglesia Católica de Nicaragua.
El sátrapa nicaraguence ordenó que sus fuerzas represivas allanen e incendien iglesias.
El tirano de Managua forzó el exilio del obispo Silvio Báez, un prelado brillante y valiente que merece ser Papa algún día por su integridad e intelecto y por ser un auténtico pastor que defiende a su grey.
El ogro que oprime a la patria de Rubén Darío expulsó al nuncio vaticano Waldemar Sommertag.
Daniel Ortega y Rosario Murillo, su compañera de vida y de oprobio, son asesinos, ladrones y represores. Pretenden ahogar en sangre los anhelos de libertad del noble pueblo de Nicaragua.
Y como parte de su malvado objetivo persiguen y buscan amordazar a la Iglesia Católica de Nicaragua. Mandan a profanar templos, echan del país a las monjas que hacen trabajo de caridad, ordenan a los esbirros del régimen a golpear fieles y sacerdotes.
Hace mal, el Papa Francisco al no condenar lo que ocurre en Nicaragua.
El silencio del Papa Francisco es ensordecedor.
Y da aliento a los enemigos de la libertad y de la fe que tienen secuestrada a Nicaragua.
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