CONDENARON DE MUERTE A LA ABUELITA
Updated: May 27, 2020
Es indignante lo que ha estado ocurriendo con los asilos de ancianos en este país desde que comenzó la pandemia..

En prácticamente todos los 50 estados, las cifras arrojan que un altísimo porcentaje de las muertes debido al Covid-19 ocurren en asilos de ancianos o en los llamados ''assisted living facilities.'' Esto último, traducido del idioma orwelliano al castellano, quiere decir algo así como ''centros de asistencia de vida.'' Quizás algunos de estos lugares se deberían llamar ''assisted dying facilities,'' o ''centros de acelerar la muerte.''
Se sabe que el Covid-19 se ensaña con las personas de la tercera edad. Pero los ancianos que en más peligro están son los que están recluidos en los lugares donde se supone que tengan cuidado esmerado. No son tan altas las cifras de contagio y de muerte de los ancianos que viven con sus familias o los que viven independientemente.
Y, sí, ya lo sé. Reconozco que probablemente la mayoría de quienes administran y trabajan en estos lugares son personas responsables y bondadosas. Y sé que muchos de estos ancianos que viven en estos lugares tienen enfermedades pre-existentes que los hacen más vulnerables a un virus asesino. Pero algo terrible está pasando y no estoy enterado de que la clase política ni la opinión pública estén exigiendo que se investigue, que se tomen las medidas necesarias para asegurar que ser ingresado en un asilo de ancianos o en un ALF, por sus siglas en inglés, no es una sentencia de pena capital.
Y, sí, ya sé también que hay muchas personas que simple y sencillamente no pueden proveer el cuidado necesario en sus hogares a sus parientes de edad avanzada. Esto no es una denuncia a las familias que tienen que hacer esa dificilísima decisión de separase de sus viejitos -y lo digo con cariño- porque ya no los pueden cuidar en sus casas. Pero algo anda muy mal y esto no puede continuar así.
Vivimos en un país donde la jerarquía de los dos principales partidos políticos incluye un buen número de personas de avanzada edad. El presidente Donald Trump cumplirá 74 años el mes que viene; el probable candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, tiene 77; el senador Bernie Sanders, que le dio guerra a Biden hasta el otro día en la contienda por la postulación demócrata a la Casa Blanca, tiene 78; Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, tiene 80, y el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell tiene 78.
Y uno puede estar de acuerdo o en contra de las posiciones políticas de cualquiera de estas personas. Pero nadie puede negar que tienen derecho a la salud y a su continúa existencia y a ser activos y relevantes en el invierno de sus vidas. Y uno puede discutir hasta el cansancio si es evidencia de que estamos viviendo un momento inusual en la historia de este país, cuando hay tanta gente de avanzada edad en posiciones políticas clave y que sí debe o no haber relevo en el liderazgo. Pero ese no es mi tema.
Yo lo que quiero patentizar es que, como nación, como sociedad, por cuestión de ética, de principios y valores morales, por asunto de civilización, de democracia, tenemos la obligación de proteger a todos los ancianos. Pienso que urge que esto se discuta. No veo que se esté haciendo con seriedad.